No sé escribir sobre la felicidad

Da igual cuantas veces lo intente

Quizá me sienta más cómoda desde el prisma del auto victimismo, quizá es porque en la tristeza me sienta más segura, porque es lo que más conozco, porque es donde me puedo mover como pez en el agua.

Me resisto a ver que puedo estar mejor de lo que estoy y me descompone cuantas veces intentas hacérmelo ver, y me despiertas y me revelo atacándote

Me giro como pantera en furia y cargo contra ti, y te desesperas, y me desespero.

Y te grito que no te necesito, y me contestas que lo sabes

Y intento demostrártelo, y me dices que no hace falta

Pero necesito salir triunfante y busco mi sed de éxito mordiendo la independencia que ya tengo, me reafirmo, me convenzo, te desafío y te escupo.

Y te sientes solo… y entonces, cuando aun estoy saboreando las mieles de mi victoria me doy cuenta de que con ello, me siento sola yo también.

Y me siento sola porque eres tú quien no estás, porque he conseguido lo que quería, porque te he echado

Y me duelen mis segundos vacios por tu ausencia, me duelen hasta sentir cada órgano de mi cuerpo llorar, cada vena y cada arteria gritar, cada extremidad de mi cuerpo quebrarse, cayendo contra el suelo de una habitación tan desierta como yo.

Y siento mi alma escaparse, sacando por cada poro todo el dolor que yo misma le he ejecutado. Cobra vida propia, ajena a la mía porque me ha dado por pérdida ante la roca en la que convierto un corazón que duda de su existencia, desesperada me clava un puñal, ante la duda de si ya solo responderé al dolor físico.

Y me siento perdida, porque ya no tengo tu luz acompañando mi camino, porque de repente ni siquiera sé como viví una vida sin ti, ni como la continuare a partir de ahora

Y mis oídos se cierran porque ya no quieren oír nada que no sea tu voz

Y mis ojos no ven más que los recuerdos de cuando estabas a mi lado

Y mi cuerpo no responde al levantarme cada día sabiendo que no te voy a ver

Y el mundo se ha muerto

Y cuando ya creo que nada importa, apareces por la puerta. Y me siento avergonzada, porque han pasado los días y ya no tengo mi esencia para ti.

Y sigo sin decirte que te quiero, y sigues sin saber si te amo

Y me hundo, porque me cuesta un mundo decirte, mi niño, que un día como hoy, yo no puedo estar sin ti, que los pasaría todos a tu lado y no quiero morir si no es en tus brazos.




No hay comentarios: