A mis pies cansados de caminar les regalo unas plantillas

A mis suelas desgastadas, tapas y filis nuevos
A mi vista perdida, unos anteojos bifocales
A mi corazón apesadumbrado, una canción por bandera

Para tus labios agrietados, cacao de frambuesa
Para tus dedos entumecidos, guantes de colores
Para tu discurso descreído, un micrófono entregado
Para tu puerta cerrada, un picaporte de bronce

Pero no confundas las lágrimas ajadas
Nuestros caminos continuarán equidistantes
No inventaré un cruce perpendicular para ti
Los atajos entre riscos quedaron agotados

Ya no anhelo en lo que te has transformado
No quiero un paradigma de la resignación
Ahora déjame que te dé yo los preceptos
Para reintegrarnos en lo que fuimos los dos

Partamos con puñados de sal
Que sellen diligentes las heridas
Finiquitemos hoy el desaliento
Que el luto no es benévolo con el amor






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