No me gusta que los blogs acaben siendo diarios, pero al final quieras o no acaban siendo parte de ti, puedes vestirlo como sentimientos encerrados en literatura o como vivencias disfrazadas de metafora, pero de una manera o de otra el resultado acaba siendo el mismo.
Hoy pense que llevo casi año y medio en uno de los sitios donde más aventuras he podido pasar y apenas deje nada reflejado en ningun lado. Al menos para que pueda recordarlo lo dejare aqui por escrito.
Y porqué hoy? Pues, porque hoy es el día que conocimos a Hänzel.
Hänzel es un alemán altisimo, gordo, con buen humor, de color rosa y camiseta amarillo piolin. Llegó a nuestra obra como uno de tantos giris que quiere tomar fotos de las vistas a la costa de Irán desde este lado del estrecho Ormucense, solo que en vez de camara de fotos lo que tenía en la mano era un GPS.
Tras nuestras negativas de darle permiso a la entrada del recinto privado de la obra, Hänzel se convirtio en un Obelix clamando que le dieramos de beber de la marmita, ante nuestra sorpresa en sus ojos apareció un veto cristalino como el que va a empezar a hacer pucheros.
Y entonces nos desvelo el secreto... Venia desde Alemania hasta Khasab, Oman, para encontrar un tesoro que estaba enterrado en nuestra obra.
El grandullon de Obelix es miembro de, como bien dice Jorge, una Macrogimcana Friki "along the world".
En la pagina de http://www.geocaching.com/ marcan unos puntos GPS por todo el mundo y allá donde vayas puedes buscarlos. No estan a la vista, sino como en nuestro caso en medio de un monton de montañas calurosas e inhóspitas enterradas, escondidas en una excavación, en un agujero dentro de la roca.
Ante una petición así es complicado decir que no, así que le dejamos entrar con una sonrisa de oreja a oreja, convirtiendose de repente en un niño al que acabas de conceder el algodon dulce de la feria por portarse bien.
Y alli fuimos todos a la busqueda del tesoro. Sin duda lo fue.
De camino nos contó que hace 15 días estuvo haciendo submarinismo en Emiratos porque entre unos corales estaba otro de los tesoros, bajo el mar... sin Titanics ni naufragios de por medio.
En menos de 15 minutos estabamos en medio del argumento de una pelicula, unos improvisados Goonies internacionales emocionados por lo que ibamos a encontrar. Hänzs lo tuvo claro en cuanto llegamos, todos seguiamos en el mismo sitio que tantas veces visitamos, pero él vió rapidamente el agujero donde estaba.... el tesoro?
En dos segundos los Goonies cambiaron a un entorno francés, pues hasta creo que resonó en mi cabeza la musica de Amelie. El tesoro era un tupper lleno de polvo y dentro... un cochecito de juguete, una chapa con la foto de un arabe, pegatinas, un minilibro de mensajes de paz, un boli... y una libreta.
En la libreta estaban escrito en cada pagina un saludo de todos los que encontraron el tesoro antes que nosotros, desde el 2004 hasta el 2010, seis personas, de Turquía, Nueva Zelanda, EEUU, Inglaterra... todos escribiendo lo que habian dejado en la caja y dando la enhorabuena por encontrarlo.
Obelix tenia un brillo en los ojos indescriptible, saco de su bolsillo una concha-remolino de cangrejo y la dejo en la caja con su mensaje.
Devolvió la caja a su sitio y se fue dandonos mil veces las gracias.
Ahora pienso que en no mucho tiempo en ese punto habra una macrourbanizacion, tal vez una casa y los siguientes Hänzels que vengan tendran una mueca de tristeza por el viaje sin éxito... solo por ver esa cajita transparente de plastico.
Y no pude dejar de pensar en todo el día en la de historias que pasan a nuestro alrededor sin que nos demos cuenta.
En la cantidad de "tesoros" que no sabemos ver.